Los diablos desfilan por las calles, agitando maracas y tocando tambores. Parece como si toda la maldad se hubiera salido del infierno para divertirse y hacerle travesuras a la gente. Pero no, de hecho es uno de los días festivos católicos más importantes de Venezuela – el Corpus Christi, reconocido en todo el mundo por sus diablos enmascarados que bailan frenéticamente.
La idea del festival es celebrar la victoria del bien sobre el mal. Sin embargo, la antigua tradición del festival, los Diablos Danzantes, hace una impresión de las fuerzas oscuras venciendo al bien, pero no viceversa. No vas a encontrar un análogo de este día festivo en ninguna parte del mundo, y con buena razón, los Diablos Danzantes del Corpus Christi ha sido reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO.
LA HISTORIA DE LOS DIABLOS DANZANTES
Hay varias historias diferentes de cómo surgió este festival. Algunas personas creen en el mito de la hermandad de San Francisco de Yare. Según el mito, hace cientos de años hubo un sacerdote sin un centavo para celebrar la marcha del Corpus Christi que dijo: ‘’Si no hay medios ni creyentes para cargar al santísimo sacramento en la marcha, ¡los diablos vendrán!’’ Después de una tormenta, varios diablos se presentaron enfrente de la iglesia. Desde entonces, se creó en San Francisco de Yare la tradición de disfrazarse de diablo y bailar por las calles.
Hay otra versión que habla sobre los orígenes de la festividad, y probablemente es una versión más realista. Los historiadores afirman que la marcha de los Diablos Danzantes proviene de una combinación de un ritual religioso español y de algunas tradiciones de esclavos africanos, que fueron traídos desde su tierra natal para trabajar en las plantaciones de cacao y azúcar para sus amos españoles. De hecho, si te pones a analizar a los Diablos Danzantes con sus tambores a un ritmo hipnotizante, sus llamativos disfraces y su danza desenfrenada, te recuerda un poco a Festima (el Festival Internacional de Máscaras y Artes) del África Occidental, reconocido mundialmente por su excéntrica interpretación con máscaras.
En la actualidad, la antigua tradición se convirtió en una enorme celebración que toma lugar en los once barrios de la región central de Venezuela el noveno jueves después del Jueves Santo. Las tradiciones que se celebran durante el Corpus Christi varían en cada región. Por ejemplo, en Naiguatá, una ciudad en el estado de Vargas, los bailarines se ponen disfraces multicolor con máscaras, generalmente representando a animales marinos. La especialidad principal de la celebración en esta ciudad es el derecho que tienen las mujeres de bailar con los hombres como iguales, mientras que en otras regiones esto está estrictamente prohibido. No hay duda que la ciudad de Naiguatá organiza una celebración espectacular. Otras ciudades como Cata, Cuyagua, Turiamo, Chuao, Patanemo, San Rafael de Orituco, Tinaquillo y San Millán pueden alardear de festividades igual de emocionantes y llamativas. Sin embargo, la celebración más grande, más impresionante y a la que cada año asisten un sinnúmero de turistas, toma lugar en San Francisco de Yare, en el estado de Miranda. Definitivamente vale la pena visitar este evento.
QUÉ ESPERAR DE LOS DIABLOS DANZANTES DEL CORPUS CHRISTI
La celebración comienza el miércoles previo al Corpus Christi con un encuentro de la Cofradía de los Diablos Danzantes. Los diablos danzantes se juntan para bailar, celebrar ceremonias de bendiciones y orar para proteger contra la mala suerte, poderes malignos y cualquier peligro espiritual a los hombres y a los niños pequeños que participarán en la marcha. A los bailarines también se les conoce como ‘’promeseros’’ porque hacen una promesa de bailar en el Corpus Christi por un determinado número de años o para toda la vida. Al danzar, la gente le pide a Dios un favor, por ejemplo, curar a un miembro de su familia de una larga o rara enfermedad que ponga en riesgo su vida. Cuando sale el sol, las calles se llenan con los bailarines vestidos en extravagantes túnicas rojas con accesorios como escapularios, cruces, rosarios, y por supuesto, máscaras elaboradas a mano representando al diablo. Desfilan por la ciudad, haciendo travesuras y bailando al son de los cuatros (una guitarra pequeña que tiene solo cuatro cuerdas y se parece a un ukelele), maracas y tambores venezolanos. Llegando al mediodía, los diablos enmascarados se reúnen enfrente de la iglesia. Ahí es donde podrás ver la increíble presentación. Los diablos pretenden que atacan a la iglesia y pelean con los guardianes enfrente de la multitud. Los diablos atacan una y otra vez, pero cada vez son ahuyentados. Finalmente, después de una ronda de ataques fallidos, los diablos aceptan su derrota y se arrodillan frente a la Eucaristía, para demostrar obediencia y respeto. Tal final muestra el significado principal de la festividad – el Triunfo del Bien sobre el Mal.
QUÉ HACER Y QUÉ NO HACER EN EL CORPUS CHRISTI
QUÉ NO. No te detengas de visitar el Corpus Christi por los estereotipos de Venezuela impuestos en la sociedad por las redes sociales. Si, es cierto que Venezuela no es el lugar más seguro del mundo, sin embargo, no significa que vas a ser víctima de un crimen tan pronto como llegues a Venezuela. Solo sigue las reglas generales: no camines por las calles oscuras muy tarde en la noche y no abuses del alcohol durante las fiestas en bares y antros locales.
QUÉ SI. Contempla la presentación de los Diablos Danzantes. Celebra con la gente local y familiarízate con su cultura y tradiciones únicas.
RECUERDA que todos los países pueden ser peligrosos, no estamos exentos de toparnos con algunos obstáculos en nuestras vidas. Nunca sabes lo que te va a pasar en un momento dado. Sin embargo, no hay malos países o malas ciudades. Cada país, cada ciudad y cada festival es un capítulo individual en el libro conocido como ‘’Planeta Tierra’’. Los Diablos Danzantes del Corpus Christi es otro capítulo en este libro y puede ser otro capítulo en la historia de tu vida.
Así que, el 11 de junio del 2020 estás invitado a visitar a los Diablos Danzantes del Corpus Christi, que no es simplemente un día festivo religioso, sino una representación de una fuerte identidad cultural, una reverencia a los ancestros, tradiciones e historia de los venezolanos.
